6 David se hallaba en grave apuro porque la gente hablaba de
apedrearlo, pues el alma de todo el pueblo estaba llena de amargura, cada
uno por sus hijos y sus hijas. Pero David halló fortaleza en Yahveh su Dios.
7 Dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Ajimélek: «Acércame el
efod.» Abiatar acercó el efod a David.
8 Consultó David a Yahveh diciendo: «¿Debo perseguir a esta banda?
¿Le daré alcance?» Le contestó: «Persíguela, porque de cierto la alcanzarás
y librarás a los cautivos.»
9 Partió David con los seiscientos hombres que tenía y llegaron al
torrente Besor.
10 Continuó David la persecución con cuatrocientos hombres,
quedándose doscientos que estaban demasiado fatigados para atravesar el
torrente Besor.